jueves, 23 de abril de 2009

Ante el año convulsivo que nos espera: en Ciencia Política ¿hablan ellos o hablamos nosotros?

El 2008 finalizó con la profundización de la crisis económica internacional, con epicentro en la mayor potencia imperialista del mundo: los Estados Unidos. El 2009 nos encuentra con recurrentes tapas de diarios internacionales que hacen referencia a la gran magnitud de la crisis, mientras llenan sus páginas con noticias que develan la incertidumbre de las clases dominantes y hasta admiten que la crisis es equiparable sólo a la acontecida en el crack de 1930. Este desalentador panorama ha puesto de manifiesto la incapacidad de las Ciencias Sociales, de conjunto, y de la Ciencia Política en particular, para dar una respuesta ante la crisis en curso.

Desde En Clave ROJA creemos fundamental develar y denunciar que quienes hoy (re)producen conocimiento en la carrera no son más que operadores ideológicos de distintas fracciones de las clases dominantes y que como tales sólo procuraran encontrar la forma de caer bien parados, y seguir manteniendo el lugar que ocupan en los sillones de las oficinas de la universidad. Hasta para ellos la teoría del “desacople”1 ya quedó atrás. No les queda más alternativa que enfrentar la realidad y asumir que la Argentina será afectada de manera profunda por la crisis en curso, más tarde que temprano o viceversa. Esto quedó en evidencia en la sesión legislativa por el adelantamiento de las elecciones, cuando ni un solo legislador, muchos de ellos asesorados por los docentes de Ciencia Política, obvió en su intervención la crisis económica internacional.

Ante este escenario es imprescindible que los estudiantes que luchamos por una Ciencia Política de otra clase, pongamos manos a la obra, para construir una corriente ideológica y política de la disciplina que cuestione el status quo, y plantee una salida a favor de las mayorías ante semejante crisis económica. Desde Ciencia Política podemos y debemos plantear otra forma de organización social y política, para aportar a la construcción de una nueva sociedad sin explotación.



Ahora bien ¿Cuáles son las respuestas que ofrecen el gobierno y la oposición?

Tanto la oposición como el actual gobierno de Cristina Fernández plantean programas, que más temprano que tarde, tendrán como consecuencia descargar la crisis sobre aquellos que no la generamos: los trabajadores y el pueblo pobre. Mientras los K mantienen un discurso “de confrontación” continúan pagando millones en deuda externa, en subsidios a grandes empresarios y como si esto fuera poco en pos de mantener su gran tesoro, el empleo, se burlan de los trabajadores para que a cambio de no perder su fuente de trabajo acepten rebajas salariales, suspensiones y congelamiento de salarios. El arco político opositor no ofrece nada mejor, planteando la necesidad de devaluar y una vuelta al FMI. Después de las elecciones del 28 de junio, que para el gobierno son un plebiscito general sobre su mandato, seguramente avancemos hacia escenarios donde los sectores dominantes, presionados por la crisis, confluyan sin tanta “confrontación coyuntural”, para ejecutar sus planes de forma unificada contra el pueblo trabajador.

Hoy los más reconocidos especialistas del orden en Ciencia Política dan por tierra con la visión hegemónica de la misma: el neoinstitucionalismo, reconociendo que sólo quienes se han dedicado a estudiar desde el marxismo la sociedad actual, son capaces de analizar y plantear una salida a los nuevos acontecimientos mundiales. Ante esta realidad evidente tenemos que organizarnos para luchar contra la visión hegemónica de la carrera que nos quiere formar para que seamos nosotros quienes en el futuro ejecutemos esos planes económicos y políticos, para salvaguardar los intereses ajenos a los de las mayorías trabajadoras y populares.

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